Se fundamenta a partir del respeto y cuidado de sí mismo y de los demás. Desde la sana convivencia podemos garantizar un ambiente adecuado de desarrollo personal y un aprendizaje más efectivo.
Fundamentamos nuestra convivencia sana en las diferentes acciones que se desarrollan alrededor de la educación en valores, al seguimiento puntual que se hace de los procesos, a la comunicación permanente con padres de familia y a una normatividad clara para todos los miembros de la comunidad.